JAMONES ALJOMAR, S.A., es una empresa familiar constituida en el año 1989, por D. ALFONSO SÁNCHEZ BERNAL y su esposa Doña. Mª del CARMEN SÁNCHEZ ALVAREZ. Radicada en el Polígono Industrial I.-2 de Guijuelo, ocupa en la actualidad una superficie superior a los 18.000 m2.
La plantilla supera los 60 trabajadores y el volumen de venta anual se cifra en torno a los 30 millones de euros. Jamones Aljomar desarrolla desde 2012 un intenso Plan de internacionalización que le lleva actualmente a comercializar sus productos en más de 20 países -de Europa, América, Asia y África-.
Aunque la empresa es relativamente joven, 20 años en la actualidad, sus fundadores, con D. Alfonso Sánchez Bernal a la cabeza, cuentan con una experiencia contrastada y muy dilatada en el campo de la alimentación, en el que se han forjado con una auténtica especialización , a nivel nacional, en jamones, carnes, quesos y chacinas.
Lejos en el tiempo queda ya el año 1972, en que D. Alfonso fundó su primer negocio, LA SALMANTINA, sita en su actual emplazamiento de San Jacinto 73 de Sevilla, en el populoso barrio de Triana. Posteriormente abre otro establecimiento en el número 61 de la misma calle, el cual tras varias ampliaciones y adaptaciones cuenta con una superficie de 800 metros cuadrados. El espíritu empresarial y emprendedor de D. Alfonso, le lleva a crear un complejo similar al anterior en la calle Villegas Marmolejo de la misma localidad, JAMONES Y CARNES, con una superficie de 1.200 metros cuadrados.
Por todo ello, con el fin de surtir la impresionante demanda de productos Ibéricos de sus negocios en Sevilla, y a modo de ensayo, decide en 1989 abrir una fábrica en Guijuelo, JAMONES ALJOMAR, para lo cual alquila unas instalaciones, que le servirán para hacer realidad su idea empresarial, asegurando las existencias, la rentabilidad y la calidad.
Próximos a finalizar 1990, D. ALFONSO, pone en marcha el proyecto de construir su propia fabrica en Guijuelo, que inaugurara el 12 de Diciembre de 1992.
Es tan importante el crecimiento que ALJOMAR experimenta que, 8 años después, en el año 2000, es necesario proyectar una ampliación de sus instalaciones, que se verán finalizadas a principios del 2002. y que representarán una superficie total construida de 18.000 metros cuadrados.
Entorno Guijelo
Al abrigo del Sistema Central, el microclima privilegiado de la comarca con sus inviernos fríos y secos, así como sus veranos suaves y cortos, permite un perfecto secado y maduración de los jamones. En esta zona, de inigualable microclima, cientos de artesanos, hijos y nietos de artesanos, crean día a día, con lentitud y sabiduría, el Jamón Ibérico Guijuelo, «único en el mundo».
Desde el siglo XV se tienen noticias de la aparición de la figura del arriero que cada vez va jugar un papel más importante en la economía de este municipio, hasta entonces ligado siempre al nombre de Salvatierra, cabecera de la comarca. Así en el Catastro de Ensenada aparecen registrados 19 arrieros en Guijuelo, mientras que en la cabecera del Concejo no aparece ninguno. Sin embargo, en el mencionado Catastro de Guijuelo continua siendo un pueblo agrícola-ganadero. Hasta la Guerra de la Independencia estos arrieros (negociantes) comerciaban con granos; posteriormente se dedicaron a la recogida de jamones en la zona de Sayago y Benavente. Al sustituir la mulas por los carros van a conseguir una mayor movilidad y podrán realizar desplazamientos más largos, y así, llegarán hasta el Norte de Zamora y Galicia.
Esta situación se prolongó hasta el último cuarto del siglo XIX, cuando en 1880 se inició el sacrificio de los cerdos con planteamientos industriales, que se vio favorecido por la construcción de la Carretera Nacional y la línea férrea. A partir de entonces, la tradicional matanza que se venía realizando en el marco rural del territorio nacional durante la última parte del mes de octubre y el mes de noviembre («A cada cerdo le llega su San Martín» dice nuestro refranero) con fines de subsistencia, se convirtió en algo cotidiano y repetitivo desde el mes de octubre a mayo. De esta manera la estampa del sacrificio y el posterior chamuscado en la vía pública se puede apreciar durante los meses mencionados.
Todo ello, así como las condiciones climatológicas y geográficas le permitieron a Guijuelo ir relegando el sector agrícola-ganadero a un segundo lugar y poner las bases del posterior desarrollo económico, que se aparta un poco de la decadencia rural que se aprecia en España.
Esta industria incipiente se convirtió en el punto de mira de numerosos agricultores de los pueblos de la comarca. Muchos decidieron trasladar su residencia a Guijuelo buscando una mejora económica. Dicha inmigración proporcionó a la Villa, lógicamente, un incremento de población y de mano de obra, factores estos, que a su vez, contribuyen a su desarrollo económico e inciden en la sociedad del momento.
El auge que Guijuelo había alcanzando a comienzos del pasado siglo influyó para que se le concediese el Mercado Semanal y la Feria anual, así como el título de Villa de Guijuelo.
El mercado semanal y la feria anual se convirtieron en el marco idóneo para realizar las transacciones comerciales de la comarca y dar salida a los productos agrícola-ganaderos que en ella se producían, a la vez que se vendían los productos elaborados en la Villa.
Otro dato importante para llegar a la consolidación de la industria chacinera fue la construcción del Matadero Municipal, que fue inaugurado en el año 1935, en cuyo año registró un sacrificio de 30.000 cerdos. El matadero viene a modificar y a hacer más rentable el sistema de matanza que anteriormente hemos descrito.
Después de la guerra civil la industria de Guijuelo pasó, al igual que el resto del país, por una crisis de cierta consideración y de la que se supo recuperar.
A partir de los años 60 Guijuelo y su industria chacinera alcanzan un desarrollo considerable, que llega hasta nuestros días y que coloca a nuestra villa en uno de los primeros puestos en el escalafón del mundo del cerdo ibérico a nivel nacional.
Instalaciones de Jamones Aljomar
Aljomar apuesta por el Ciclo Controlado de Producción y Elaboración para alcanzar exigentes estándares de calidad y seguridad alimentaria. Esta controlada cadena de producción incluye el cuidado genético de la materia prima, la alimentación en fábrica propia, la matanza, despiece y curación en instalaciones también propias y la comercialización y distribución del producto final. Las distintas instalaciones requeridas en cada paso se somenten a estrictos sistemas de control e incluyen la completa adaptación a exigencias sanitarias y normas de trazabilidad.
El ciclo comienza en las expertas manos de la familia Aljomar con la cuidada selección de los animales para su crianza en la dehesa. En los terrenos y fábrica de piensos de la explotación ganadera Vera Vieja se controla, cría y alimenta al cerdo ibérico que, posteriormente será sacrificado en el matadero ‘El Navazo’, el más moderno del sector y del que Aljomar es socio mayoritario. Este complejo cárnico de 64.000 m2 está dotado de la más alta tecnología al servicio del proceso, la trazabilidad y la seguridad alimentaria.
En las instalaciones de Aljomar en Guijuelo, con más de 18.000 m2, se cierra el proceso con la curación, comercialización y distribución de las carnes, jamones y embutidos ibéricos que llegan ya a los paladares más exigente de más de 20 países.
Aljomar se ha convertido en una empresa modélica desde el punto de vista productivo y higiénico-sanitario. Todas sus instalaciones son pioneras en la aplicación de adelantos técnicos, con una sabia combinación de elementos de conservación a temperatura controlada, clasificación y tratamiento manual de cada pieza en todo el proceso.
Jamones Aljomar
Productor de Jamón y embutidos Españoles
Jamones Aljomar
Los datos de “Jamones Aljomar”:
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