Hacienda de Queiles. Los mejores productores Españoles de Aceite de Oliva Virgen Extra

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“HACIENDA DE QUEILES”

El pago de Hacienda Queiles se ubica en el valle del Queiles, un pequeño valle al sur de Navarra muy cercano a la frontera con Aragón y delimitado, geográficamente, por los dos elementos naturales más representativos de la zona, que imprimen a este valle un carácter especial. Por un lado, el Moncayo, la cumbre más elevada de la Cordillera Ibérica con sus casi 2.500 metros de altitud y por el otro, el río Ebro, el más caudaloso de la Península Ibérica, que acoge en su cauce las aguas de otro río, el Queiles, que es quien otorga nombre al valle sobre el que se asienta la Hacienda Queiles.

EL CLIMA DE LA HACIENDA QUEILES

Este terreno, de suelos pedregosos y pobres, está fuertemente marcado por una climatología dura y de fuertes contrastes, con temperaturas extremas tanto en la época de invierno, como en el verano. Este clima viene además determinado por las casi perpetuas nieves de la Sierra del Moncayo, que permite contemplar su cumbre teñida de blanco hasta, prácticamente, el mes de junio y también, por el fuerte viento del norte con nombre propio, el cierzo, que recorre la depresión del Ebro, propiciando, a su paso por el pago, que se sanee el olivar. Dos características que imprimen a su vez una singularidad al pago de Hacienda Queiles y también al aceite que allí se produce, el aceite Abbae de Queiles, un producto diferente que se distingue gracias a todas estas peculiaridades del entorno en el que se cultiva su materia prima, la oliva.

 

EL ENTORNO DE LA HACIENDA QUEILES000217_10_Haciendaqueiles

Una de las huellas más visibles que ha dejado la historia a su paso por el valle del Queiles es la construcción de tres de los monasterios más representantivos de la orden del Císter en la península. Se trata de las abadías de Tulebras, Fitero y Veruela, tres singulares edificios religiosos de incalculable valor que otorgan a este valle, en el que se levantan los olivos de la Hacienda Queiles, un mayor atractivo. Siempre presidido, además, por la imponente figura del Moncayo, y bañado por las aguas del río que le da nombre, el del Queiles es uno de los valles con más encanto del sur de Navarra.

 

HISTORIA DE LA HACIENDA DE QUEILES

A pesar de que el pago Hacienda Queiles no posee una historia centenaria a sus espaldas, el valle en el que se incardina este pago ha estado unido al cultivo del olivo, y también de la vid, desde tiempos que se remontan hasta el Imperio Romano. Como prueba de ello, alrededor del pago pueden contarse hasta 28 villas romanas que, en su época, fueron defendidas por una guarnición que se encontraba en la actual población de Cascante. Posteriormente, durante la Edad Media, el cultivo del olivo continuó vigente en esta zona convirtiéndose, junto al de la vid, en el más extendido de todo el valle y practicado también por los monjes que habitaron en las abadías del cister que se construyeron en este territorio. En concreto el pago de Hacienda Queiles, forma parte de las antiguas tierras que pertenecieron al monasterio de Tulebras.

 

OLIVICULTURA

Cultivo

Desde sus comienzos, en este pago se ha practicado una agricultura ecológica con la que, además de cuidar el medioambiente, tratando el terreno con abonos orgánicos, también se demuestra la preocupación por los consumidores, que pueden tener la tranquilidad de degustar un aceite sin ningún residuo químico. Por ello, el aceite de oliva virgen extra Abbae de Queiles, ha sido certificado como producto ecológico por el Órgano Autonómico de Navarra y el USDA, el órgano certificador de Estados Unidos.

Para realizar un aceite de calidad, lo más importante es llevar a la almazara un fruto perfecto que en este caso es la aceituna de la variedad arbequina. Así, en la Hacienda Queiles, se intenta lograr el mejor producto a través de distintos aspectos, como el sistema de plantación en un marco de 7 por 5 metros, que permite a los árboles tener el espacio suficiente para su correcta insolación y ventilación. Además, todo el olivar se cultiva sobre hierba por lo que, en este pago no se labra la tierra sino que se corta la hierba, de forma que también sirve como sustrato para enriquecer el terreno y los árboles. Por su parte, la poda se realiza también buscando la mayor insolación del fruto, cuyo punto exacto de maduración se determina, en este pago, mediante un índice cromático y realizando aceite en el laboratorio para estudiar las características organolépticas del producto. Dos parámetros con los que se decide el punto de maduración idóneo para recoger el fruto con el que se producirá el característico aceite Abbae de Queiles.

 

Proceso

El proceso de elaboración del aceite de oliva virgen extra Abbae de Queiles comienza con la recogida de la materia prima, las aceitunas, cuya cosecha se realiza entre finales del mes de octubre y la primera quincena de noviembre. Siempre dependiendo del momento idóneo de maduración en que se encuentre el fruto y que se determina, entre otros aspectos, por su índice cromático.

La recogida de la aceituna, en la Hacienda Queiles no se efectúa vareando los árboles, una práctica muy común en la mayoría de los olivares, sino que se realiza de forma manual para evitar, de esta forma, que el árbol y el fruto sean dañados. Así, una vez recolectadas, las aceitunas se transportan en cajas, con un peso mínimo, directamente hasta la almazara ubicada en el mismo pago. Gracias a la cercanía de la almazara a la materia prima, se logra acelerar el proceso de la producción del aceite, siendo el tiempo máximo entre la recogida y la molturación de las aceitunas de unas dos horas. Un tiempo mínimo, con el que también se reduce la oxidación de los frutos, que nada más ser arrancados del árbol comienzan a perder propiedades.

La elaboración del aceite Abbae de Queiles, se realiza empleando la última y más moderna tecnología, a la vez que se sigue manteniendo un cuidado casi artesanal. Dos requisitos indispensables para conseguir un producto excelente en el que los parámetros de calidad priman sobre otro tipo de aspectos.

 

 

LA ALMAZARA DE LA HACIENDA DE QUEILES

 

LA ALMAZARA DE LA HACIENDA QUEILES ES PRÁCTICAMENTE ÚNICA EN SU GÉNERO EN ESPAÑA.

EL CONCEPTO ARQUITECTÓNICO DE ESTE INNOVADOR EDIFICIO SE ACERCA MÁS AL DE UNA BODEGA

DE VINO QUE AL DE LA TRADICIONAL ALMAZARA. ADEMÁS, CUENTA CON LA MEJOR TECNOLOGÍA, AL

SERVICIO DE LA PRODUCCIÓN DE UNO DE LOS ACEITES CON MAYOR CALIDAD DEL MERCADO MUNDIAL.

 

Planta de Producción

En la planta inferior del edificio se encuentra la planta de producción. Allí, separadas en diversas dependencias se hallan las máquinas que transforman la excelente materia prima en aceite de oliva virgen extra. Así, se distinguen una zona de lavado y molturación de las aceitunas, otra de batido del producto, centrifugado y separación de los elementos que componen las aceitunas y, una vez obtenido el preciado aceite, se pasa a la zona de almacenamiento, una bodega en la que el producto reposa dentro de unas tolvas con las mejores condiciones para su conservación.

La almazara también cuenta con un pequeño espacio para almacenar el producto terminado, aunque no suele llenarse, ya que su política de trabajo consiste en envasar, únicamente, el aceite que solicitan los clientes.

 

Fases de producción

Una vez recolectadas, las aceitunas se llevan directamente a la almazara en pequeñas cajas, con un peso mínimo, que impiden que se deteriore el fruto. Su proceso de producción comienza casi de forma inmediata y por ello, la almazara de Hacienda Queiles, no cuenta con tolvas de almacenamiento del fruto.

La primera fase de la producción es el despalillado y lavado de las aceitunas, que siempre se realiza con agua limpia. Tras este proceso se inicia el de molturación o molienda. En esta almazara la molturación se realiza mediante un sistema tecnológicamente novedoso que tan sólo se emplea en dos almazaras en España. Consiste en un molino de piedra, que aplasta lentamente las aceitunas consiguiendo una pasta que, después, se lleva a la batidora. Con este sistema se consigue un batido más imperfecto pero se logran mantener prácticamente íntegras las propiedades del fruto.

Tras la molturación se pasa al proceso de batido, muy importante en la fase de producción y que básicamente, se encarga de homogeneizar las distintas partes que componen las aceitunas y que se han separado tras la molturación. El proceso de batido en esta almazara se prolonga durante más de media hora y es en este momento cuando se calienta ligeramente el producto obtenido (a través de agua caliente que nunca entra en contacto directo con la pasta) para lograr una mejor homogeneización de la pasta.

Una vez finalizado este proceso la siguiente máquina se encarga de separar los componentes sólidos de los líquidos, por centrifugado. Es aquí cuando se obtiene el aceite y se eliminan los elementos que ya no forman parte del proceso, como la pulpa, la piel o hueso.

Ahora tan sólo resta separar el aceite puro del otro líquido que también forma parte de la aceituna, el agua, que una vez extraída se conduce a unos pozos decantadores en la que, mediante un sistema de filtrado se vuelve a incorporar, de nuevo, al olivo mediante un sistema de riego por goteo. Un sistema novedoso que se realiza en esta almazara y que se proyectó junto con el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra.

Aquí finaliza el proceso de producción del aceite. Ahora el producto obtenido puede catarse para comprobar si se encuentra dentro de los parámetros establecidos por esta almazara para su producción.

Antes de pasarlo a la bodega, el aceite es decantado perfectamente mediante unos depósitos decantadores que, en su parte inferior terminan de depurar el aceite eliminando los posos e incluso los restos de agua que puedan quedar.

La conservación del aceite es muy importante, ya que es un líquido muy delicado que necesita unas condiciones determinadas. Debe estar a oscuras, a temperatura constante cercana a los 16 grados y sin oxígeno. Para conseguir estos tres requisitos que exige una buena conservación del aceite, esta almazara cuenta en su bodega con unos depósitos de acero inoxidable que están preparados para ser inertizados introduciendo nitrógeno en su parte inferior para expulsar todo el oxígeno que pueda estar en contacto con el aceite. De esta forma, el aceite se mantiene en una atmósfera inerte que impide que sufra un proceso oxidativo. Esta sala, además, está climatizada y el producto tan sólo se embotella sobre pedido, nunca se almacena embotellado.

 

Espacio Gastronomico de la Hacienda de Queiles

La planta superior es, en cierto modo, la que distingue a esta almazara del resto. En ella se encuentra el denominado espacio gastronómico, una estancia destinada, fundamentalmente, a la difusión de la cultura del aceite de oliva y a la función última del aceite, su uso alimentario en cocina y gastronomía.

En esta sala se realizan todo tipo de catas, tanto del propio aceite que se produce en la almazara, como de otros productos frescos y naturales también de la zona.

Catas a las que acuden tanto profesionales como amantes y aficionados a la cocina y la gastronomía.

Además, como complemento perfecto a este espacio gastronómico la almazara cuenta también con una cocina profesional en la que algunos de los mejores chefs del país y también de ámbito internacional, han experimentado con el aceite Abbae de Queiles en distintas creaciones culinarias.

Esta segunda planta se completa también con tres habitaciones para invitados que, alejándose del concepto de hotel, permiten alojarse dentro de la almazara.

En la planta inferior, en la entrada principal de la almazara, se dibuja el proyecto de un futuro espacio de productos gourmet. Una sala en la que se pretende realizar una exposición de productos alimentarios de la más alta calidad, elaborados por las marcas más punteras del país, con el objetivo de crear sinergias entre los productores de los distintos alimentos.

 

EL ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA “ABBAE DE QUEILES”

De sabor agradable y equilibrado, este aceite de arbequina tiene unas características más cercanas a lo dulce que a lo amargo y picante, pasando muy bien en boca y dejando un regusto agradable. Este es además un aceite ecológico que no ha sido sintetizado con ningún tipo de producto químico ya que el cultivo que se realiza en el pago de la Hacienda Queiles es completamente, ecológico y natural. Un parámetro más de la calidad hacia este producto y también hacia sus consumidores.

Elemento indispensable en la dieta mediterránea, el aceite Abbae de Queiles además de todas las cualidades del aceite virgen extra, tiene también todas las propiedades de un producto excelente no sólo para paladar sino también para la salud.

Este aceite tan sólo se vende embotellado, en botellas numeradas y etiquetadas en las que también figura la fecha de la cosecha, un dato que no se especifica en ningún otro aceite de España. Los formatos son la botella de medio litro, la de 250 ml, y también la lata de tres litros que se comercializa, principalmente, en el extranjero como producto orgánico.

El 50% de la producción de la Hacienda Queiles se dedica, actualmente, a la exportación. Por ello, el aceite de oliva virgen extra Abbae de Queiles se encuentra en países como Japón, Canadá, Estados Unidos, Venezuela y en otras muchas naciones europeas como Francia, Alemania, Italia, Dinamarca, Suiza u Holanda, entre otras.

 

Hacienda de Queiles

Los mejores Aceites de Oliva Virgen Extra

 

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