A principios de los años treinta del pasado siglo, en Guijuelo, la familia Hernández recogía la experiencia de años y años cuidando del cerdo ibérico y sus productos con la fundación de una primera empresa dedicada íntegramente a este sector. Hasta entonces la cría del cerdo ibérico y su «matanza» habían sido para ellos tan solo una actividad secundaria, una forma artesanal de complementar la economía familiar.
En aquellos tiempos, D. Bernardo Hernández Blázquez se enfrentaba a una realidad muy distinta a la que hoy en día conocemos: los productos ibéricos no eran apreciados todavía ni siquiera en todo nuestro país y lo que hoy son piezas nobles (jamón y paleta) tenían el mismo precio de mercado que el tocino.
Por otra parte toda la producción de jamones y embutidos partía por el mismo camino que empleaban los ganaderos para hacer llegar los cerdos, principalmente extremeños, a Guijuelo: el tren que circulaba por la famosa «vía de la Plata».
Tampoco existían en aquella época las cámaras frigoríficas, así que la matanza quedaba exclusivamente reservada para el frío invierno serrano (noviembre-febrero). El resto del año se dedicaba íntegramente al cuidado de las piezas ya preparadas y a las labores de comercialización.
En los años 70, D. Bernardo Hernández García, hijo del fundador, emprende tras años de crecimiento sostenido, otra gran aventura empresarial: la cría del cerdo ibérico en instalaciones propias; para asegurarse así una calidad constante a través de la selección genética y la alimentación natural de su cabaña.
Posteriormente, a finales de la década, inaugura en Guijuelo unas instalaciones punteras y pioneras para su época que se completarán en 1988 con una nueva sala de despiece y fábrica de embutidos.
Hoy, con dos nuevas naves completas, hay un tercer Bernardo Hernández a la cabeza de la empresa. Él, junto con su hermano Jorge, y siempre bien aconsejado por su padre Bernardo, lidera una empresa de origen familiar que, con su crecimiento y modernización, ha contribuido a hacer de los productos ibéricos de Guijuelo uno de los mitos gastronómicos más conocidos en todo el mundo.
Las fincas de Beher
Nada mejor que controlar cualquier proceso desde el principio si queremos asegurarnos el éxito. Por eso, BEHER incorporó hace ya cuatro décadas la cría y el cuidado del cerdo Ibérico en sus propias fincas a las labores que desarrolla para conseguir los niveles de exigencia y calidad que exigía a su principal materia prima.
Solo así puede mantener constante la personalidad y el carácter de su producción a la altura que nos ha acostumbrado durante casi cien años.
Finca los Valhondos
430 hectáreas, en la ribera del río Tormes, dedicadas íntegramente a la cría del cerdo ibérico a 25 Km. de Guijuelo: Zonas de regadío dedicadas al cultivo del maíz, cereales en secano y extensas zonas de monte de encinas donde campean en libertad los animales.
En ellas reinan la naturaleza y la libertad en la que el cerdo ibérico pasa de 14 a 16 meses completando su anatomía de forma armónica y equilibrada.
Finca los Jarales
Más de 20.000 metros cuadrados cubiertos distribuidos en 30 naves alojan, en Valdunciel (Salamanca), a las 1.500 madres de raza ibérica seleccionada que son el origen de la producción de BEHER.
Allá, en plena naturaleza, nacen diariamente unos 80 lechones que disfrutan de unas condiciones de higiene y sanidad que le hacen merecer el título de Granja Sanitaria de Protección Especial. Desde ahí, a partir de los dos meses, se distribuyen las camadas por las fincas BEHER para que vivan en libertad, correteando entre encinas y retamas hasta el momento de su sacrificio.
Finca Tinocos
Otras dos fincas completan la gran superficie de dehesas propiedad de BEHER. Una enorme extensión de monte sostenible necesaria para que todos los cerdos que son el origen de su producción puedan pasar el máximo tiempo posible en libertad y sin hacinamiento.
Montanera
Además de sus propias fincas, BEHER contrata las mejores dehesas de encinar de Salamanca, Extremadura y Portugal para parte de su cabaña en un momento clave del desarrollo del cerdo ibérico: la Montanera.
Así conseguimos que toda la cabaña BEHER disfrute de noviembre a marzo en libertad bajo las encinas de la cosecha anual de bellotas. Diariamente cada animal consume en dichas fincas de 8 a 10 Kg. de bellotas de encina y unos 3 Kg. de hierba y semillas, engordando casi un Kg. al día. Significando el aporte en peso de las bellotas un engorde de 50 a 80 Kg por animal.
Los datos de Beher
La extraordinaria calidad de su producción, su homogeneidad en la producción a lo largo de los años, y su dimensión empresarial hacen de BEHER una de las principales empresas del sector. Duns & Bradstreet la ha incluido en su ranking entre las principales empresas españolas por su solvencia, mientras varias publicaciones especializadas la consideran entre las seis mayores empresas españolas dedicadas al Ibérico. Todo ello gracias a su participación de un 2% del mercado, a sus exportaciones a más de quince países (en Europa, Asia, Oceanía y América) y al reconocimiento internacional que representan los premios recibidos por BEHER durante todos estos años.
Beher Guijuelo
Productor de jamón y embutidos Españoles
Beher Guijuelo
Los datos de “Beher Guijuelo”:
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